ALABAMA MONROE

MÚSICA DEL CORAZÓN

Alabama Monroe

Siete años después de conocerse y comenzar una ardiente relación, Elise y Didier se enfrentan al momento más duro de sus vidas. La inesperada enfermedad de su hija supondrá un punto y aparte en un vínculo, hasta entonces, marcado por dos pasiones: la que sienten hacia la música y la que se procesan mutuamente.

Al igual que en muchas cintas de corte no lineal, Alabama Monroe parece contar más de lo que aparenta. Los saltos en el tiempo y su conjunción exacta y atemporal de alegría/llanto la convierten en una propuesta, de entrada, interesante para el espectador. Éste tiene en su mano el futuro de la pareja pero no su pasado, desmembrado hábilmente mediante idas y venidas con el ritmo Bluegrass de fondo.

Alabama Monroe 3Por lo demás, no deja de ser una historia de un amor marchitado por el dolor de la enfermedad, como bien asegura la propia Elise (excelente Veerle Battens).
Un Blue Valentine europeo más desgarrador y amargo, pero menos redondo. Sincera en la desesperación de los padres, algo más problemática en los momentos en donde fe y cultura americana adquieren un protagonismo desconcertante, histriónico en algún instante (tras el número If I needed you, mal acoplado a la trama y al borde del panfleto), y en un final entre lo emotivo y grotesco.

Es en el momento en que empieza a sonar la música, sensacional, cuando la cinta adquiere vida. Los instintos entre los protagonistas lucen en todo su esplendor. Sin diálogos. Melodía y letra marcan sus sentimientos, los verdaderos. Y en la sombra, las miradas recíprocas, aquellas que no dejan de brillar. Incluso en los malos momentos.

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