OBSESIÓN

NO, NO ES AMOR…

obsesionJuguemos a un juego. Les invito a descubrir las referencias cinematográficas presentes en la película que nos ocupa, enésimo intento de resucitar el, casi siempre, inefable thriller erótico de mediados de los ochenta y principios de los noventa. Créanme, la prueba será poco complicada, pues la cantidad de tópicos y estereotipos que inundan la OBSESIÓN de la no menos inefable Jennifer López roza lo preocupante.

Ya no sólo calca la base argumental de la efectista Atracción Fatal (y, por ende, de la sólida ópera prima de Clint Eastwood Escalofrío en la noche), sino que se atreve a reproducir, con poca fortuna pero con mucha desvergüenza, innumerables secuencias y pautas vistas en otros largometrajes del mismo corte, poco pioneros pero mucho más satisfactorios, tales como De repente un extraño y, sobre todo, La mano que mece la cuna (coches trucados, íntimos amigos con la señal de la cruz impresa desde su primera aparición, asma/ alergias opcionales con efectos -casi- funestos y un largo etcétera). Eso sí, añadiendo en este caso cantidades indigestas de absurda y retrógada moralidad, al gusto de los espectadores más trasnochados.

Como la mayoría de las veces en este subgénero, lo paródico entra en escena: el humor, siempre involuntario, se hace dueño y señor de la función. Y al final, paradójicamente, dicha cualidad se convierte en una baza, cuanto menos, divertida.

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