LOVE & MERCY

AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS

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Los amores de juventud, los últimos días estivales y, por ende, de la era adolescente; restaurantes de comida rápida con camareras en patines sirviendo platos de hamburguesas con batidos tamaño XXL, epicentro neurálgico de pandillas con las hormonas desatadas listas para cumplir con un nuevo fin de semana… Los Beach Boys es una de esas bandas que consiguen trasladarnos a un tiempo dominado por la evocación y los recuerdos; al sabor del verano, de los cines al aire libre, de las tablas de surf y, si se quiere, de los amaneceres descubiertos sobre explanadas bajo el capó de un Chevrolet de 1955; aunque también podría ser que mi adoración por la obra maestra de George Lucas (con permiso de Star Wars) American Graffiti haya nublado mi percepción del mítico quinteto.

Clove mercy 3omo en toda biografía musical que se precie, la realidad era mucho más áspera que el ideal construido por las discográficas. Bryan Wilson, líder y fundador del grupo, vivía en un continuo tormento debido a la cantidad de indeseables que le rodeaban conscientes de su arte innato: primero, dominado por un padre maltratador y chantajista y, años después, atrapado bajo las garras de uno de esos terapeutas sacacuartos tan proclives en la farándula californiana. La película, interpretada de forma admirable por Paul Dano, John Cusack y Elizabeth Banks (demostrando, nuevamente, su enorme talento) muestra las dos etapas entrelazando los años sesenta y ochenta con una elogiable habilidad narrativa, resultando tremendamente eficaz como documento gráfico no sólo del declive del cantante sino también del oscurantismo de la generación sesentera alimentada de psicotrópicos y su refugio, ya en la época de Reegan, en el Prozac y demás antidepresivos. Pero no todo es de color negro: cuando entra en la sala de grabación de Pet Sounds la película es, también, una apasionada y sensacional apología de la música.

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