ZOOLANDER No. 2

VUELVE EL DESCEREBRADO DE MODA

zoolander 2

¿Se acuerdan de Prêt-a-Porter, aquella película dirigida por el gran Robert Altman que rompió récords en medio mundo debido a la cantidad de espectadores que abandonaba el cine antes de terminar la proyección? Se trataba, supuestamente, de una cruel sátira coral sobre los excesos exhibidos en el mundo de la alta costura. Lejos de conseguir su objetivo, el film se convertía, finalmente, en un desfile imposible de viejas glorias y estrellas emergentes al servicio de un guión vacuo, inexistente. Un despropósito cinematográfico tan indescriptible que, a buen seguro, muchos de sus intérpretes (de la talla de Julia Roberts o Sofía Loren) han eliminado de sus aclamados currículos.

zoolander 2Con ZOOLANDER NO. 2, nuevo ataque a la frivolidad que ahoga el mundillo cool y hortera de las celebreties, Ben Stiller ha conseguido resultados parecidos. Eso sí, divertidamente, de forma intencionada y con (a veces) bastante más gracia. Perdido el factor sorpresa de la primera parte, cinta de culto para muchos a pesar de la cuestionable taquilla que hizo en su día, y con un guión que parece escrito por un grupo de críos en pleno ataque hipoglucémico, el realizador de Reality Bites tira la casa por la ventana desplegando sobre la pantalla un auténtico carrusel de artistas de renombre, tan incesante que, en demasiadas ocasiones, la crítica corrosiva se pierde en favor de la flamante Alfombra roja.

Lo mejor es no tomársela demasiado en serio. Tal vez así disfruten de los continuos gags que propone este disparatado monumento al marketing, algunos hilarantes, desde los más cinéfilos (una Susan Sarandon recordando sus tiempos mozos en The Rocky horror picture show) hasta los más demenciales, siendo el mejor el sketch protagonizado por auténticos iconos de la moda en un aquelarre al más puro estilo Indiana Jones y el templo maldito.

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