Archivo de Randall Wallace

HASTA EL ÚLTIMO HOMBRE (Hacksaw Ridge)

Posted in Críticas (Estrenos) with tags , , , , , , , , , , , , on diciembre 6, 2016 by Gonzalo Contreras

DESMOND NO COGIÓ SU FUSIL

hombre

Gibson es Gibson, para lo bueno y lo malo. Injustamente menospreciado en Hollywood por una vida de excesos, desenfreno e inoportunas declaraciones reaccionarias, su vida privada, plato de buen gusto para la prensa sensacionalista, ha llegado a eclipsar hasta límites irrisorios una carrera como director labrada a base de esfuerzo y gusto narrativo. Cinco películas rodadas, cinco enormes razones para considerarle uno de los directores más importantes del cine coetáneo. Del intimismo que despertaba la infravalorada El hombre sin rostro, pasando por la majestuosidad de su cine de aventuras (Apocalypto y Braveheart, una de las cintas más importantes de la infancia del que aquí escribe) o la espiritualidad, más allá de su sangriento y polvoriento envoltorio, de la excelente La Pasión de Cristo, el realizador ha demostrado en cada uno de sus proyectos un compromiso insólito en el panorama actual, tan tradicional que rompe, divertidamente, con las nuevas tendencias sembradas, recuperando un tipo de cine que sólo resiste en la mente de los más cinéfilos.

hombreLlevamos citadas cuatro de cinco. HASTA EL ÚLTIMO HOMBRE representa el último vértice de su envidiable filmografía. Nuevamente, un trailer destripa impunemente el factor sorpresa de esta historia basada en la vida de Desmond Doss, un joven objetor de conciencia contrario a los fusiles que se alistó en el ejército norteamericano con el propósito de servir como médico durante la 2º Guerra Mundial. ¿Su única arma? Una convicción religiosa a prueba de bombas (literalmente hablando). Acentuando el carácter casi mesiánico de su personaje, con contrapicados y estampas decoradas por fugaces y calculados rayos de sol, el cineasta firma un contundente alegato pacifista mostrando, paradójicamente, la brutalidad y el sinsentido de las trincheras en todo su devastador esplendor. Como prueba, su segunda y catártica hora, capaz de fusionar el salvajismo implacable de los primeros veinte minutos de Salvar al soldado Ryan con el clasicismo y la lírica que Clint Eastwood estampaba en su memorable Cartas desde Iwo Jima.

Coherente en todo momento con sus ideales, Gibson ha querido dirigir un relato sobre cómo las creencias mueven montañas, y nos ha regalado, además, una inolvidable epopeya sobre la fe inquebrantable en el ser humano. Un doble triunfo de la, posiblemente, mejor película bélica de lo que llevamos de siglo.

EL CIELO ES REAL

Posted in Críticas (Estrenos) with tags , , , , , , on junio 18, 2014 by Gonzalo Contreras

EL CIELO PUEDE ESPERAR

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Dejando a un lado la creencia o no de la historia contada y, por supuesto, las críticas fáciles que posiblemente recogerán no pocos medios, hay que reconocer que la nueva cinta del guionista de la maravillosa Braveheart, EL CIELO ES REAL, parte de una idea tremendamente atractiva.

Tras un sufrir un cuadro de peritonitis aguda, el hijo menor de un pastor norteamericano afirma haber estado en el mismísimo cielo durante el transcurso de la operación. Detalla fielmente situaciones y familiares a los que jamás conoció en vida. Incluso, asegura haberse sentado en el regazo de Cristo en persona.

el cielo es realCon tan arriesgado argumento, sólo había dos formas de ejecutar el film, inspirado supuestamente en las vivencias experimentadas por el pequeño Colton Burpo (y relatadas en el libro homónimo escrito por su propio padre); desde la fidelidad al relato de origen o abriendo nuevos horizontes desde una vertiente más escéptica, o al menos más sugerente.
Wallace elige la primera opción. Decisión digna, qué duda cabe, pero muy arriesgada. Un arma de doble filo principalmente visible en los flashbacks. Porque si bien es cierto que logra un tono estable (aunque algo almibarado) en la parte más emocional, las visiones celestiales chirrían por ser demasiado gráficas y explícitas.

el cielo es realNo sólo apuesta por la credibilidad del relato, sino que impone un halo fantástico (al estilo Campo de sueños, con la que se ha comparado oportunamente) de desvergonzada sensiblería. Sigue al pie de la letra el limitado libro de Burpo en vez de profundizar ideas más estimulantes visibles desde la lejanía, como el papel de los padres, fervientes religiosos, en el universo contado por su vástago (de impresionante parecido físico con el verdadero Colton) o las secuelas directas en la iglesia, contrarias al idealismo de ángeles y diversión descrito.

Greg Kinnear vuelve a mostrar su valía interpretativa llevando el peso de la película, de bellísima y panorámica fotografía, bien narrada y cargada de buenas intenciones. Quizá, demasiadas.