LA PROFESORA DE HISTORIA

EL ARTE DE LA ENSEÑANZA

Sin ser una crítica como tal, hay que reconocer que el mundo del profesorado suele ser visto dentro del terreno cinematográfico desde una perspectiva maniquea y un tanto sensiblera, mostrando la importancia del educador a través de la imagen idealizada y falsamente bubólica de su persona y reflejando la situación, casi siempre, problemática de los chavales como efecto de la rigidez de los adultos tutores, ya sean los padres o los mandamases del centro educativo. A diferencia de la mayoría de estas propuestas, LA PROFESORA DE HISTORIA o, mejor dicho, Los herederos, traducción literal del original y más coherente con el relato contado, prefiere reflejar el arte de la docencia mostrando, simplemente, el día a día de los alumnos en el aula, unos chavales conflictivos que encontrarán la inspiración en un trabajo sobre lo que significó ser adolescente en los campos de concentración nazi, el cual expondrán en un concurso nacional bajo la batuta de su entusiasta profesora (una espléndida Ariane Scaride). El tiempo se volverá el mejor aliado de la maestra, así como las dosis de autoestima, seguridad y complicidad que inyectará en cada uno de sus alumnos.

La directora Marie-Castille Mention-Schaar compone una vitalista radiografía sobre el milagro del aprendizaje y, por qué no decirlo, sobre la memoria histórica bien entendida. La importancia de la constancia, el respeto hacia la autoridad docente, el nacimiento de la responsabilidad en los alumnos y, sobre todo, la confianza y el apoyo del tutor, vital en el proceso instructivo, son mostrados de manera sutil y muy realista en esta maravillosa película que refleja, como pocas, la devoción que muchos sentimos por la enseñanza. Y esto tiene mucho mérito.