Archivo de Andy Serkis

BLACK PANTHER

Posted in Críticas (Estrenos) with tags , , , , , , , , , , , , , on febrero 14, 2018 by Gonzalo Contreras

POCAS NOVEDADES EN EL HORIZONTE

Algún día, espero, entenderemos qué está ocurriendo con la cantidad avasalladora de producciones de superhéroes, la mayoría expuestas bajo la etiqueta de la todopoderosa Marvel, que, ausentes de un contenido mayor que el de entretener a las masas (lo cual no deja de ser una cualidad más que loable), están obteniendo unas opiniones abrumadoramente positivas entre la crítica especializada de todo el planeta. Película que surge, película que se convierte, automáticamente, en la mejor entrega de la franquicia. Métanse en las webs que reúnen pequeñas reseñas de los críticos estadounidenses más respetados; deléitense con sus puntuaciones máximas, acompañada casi siempre de unos adjetivos pletóricos en su condescendencia.

No soy experto en cómics. Ignoro, salvo en casos puntuales (el Batman de Bob Kane, sin ir mas lejos), el nivel de fidelidad que las adaptaciones presentan en relación al material de origen, ni tampoco comulgo, pues, con la nostalgia desprendida por unas viñetas que (no me cabe duda) han alegrado la infancia y existencia de infinidad de personas. Pero sí sé valorar cuándo un blockbuster de estas condiciones está facturado desde el corazón y el espectáculo más sincero y audaz. Mi veredicto se basa, por tanto, en aspectos puramente cinematográficos, que para eso estamos en el campo del séptimo arte. Y en ese sentido, BLACK PANTHER, el último exponente de estas propuestas regadas por la abundancia de piropos y alabanzas, no sólo está lejos de la supremacía que muchos aseguran, sino que se queda a medias en muchos y determinantes aspectos.

Empecemos por los aciertos, que los tiene: por primera vez en mucho tiempo, una película de superhéroes se atreve a romper con la estructura clásica latente en la última hornada del género, presentando un relato de base sólida (atención a las referencias evidentes a El rey león) carente del dudoso humor, aniñado y casi siempre indigesto, que caracteriza a la compañía y ofreciendo una desbordante imaginería visual, rica en detalles y colorido, en la construcción de los parajes que componen la región en la que transcurre la aventura (preciosos los planos oníricos con la aurora boreal de fondo y la majestuosidad de sus panorámicas). Y eso, ya de por sí, supone un pequeño soplo de aire fresco. Por contra, adolece estrepitosamente de algunos de los problemas de fábrica habituales en esta saga (una duración desorbitada, insólita teniendo en cuenta la escasa extensión de su argumento) y de nuevos frentes abiertos pulidos con desigual fortuna, principalmente su pretenciosidad a la hora de extrapolar los conflictos étnicos y raciales a nuestra actualidad política (sí, en este caso, la crítica al gobierno estadounidense se torna tosca y trivial) y la falta de carisma del protagonista principal, un endeble e insulso Chadwick Boseman, ensombrecido por un villano mejor construido que de costumbre y por unas heroicas amazonas, estas sí, protagonistas absolutas de la función y muy bien interpretadas por una bravísima Danai Gurira (sin duda, lo mejor del film), Lupita Nyong’ o y la recuperada Angela Bassett.

Con semejante disparidad, resulta difícil aceptar la grandiosidad de un largometraje vitoreado, incluso antes del estreno, por la legión de entusiastas afines a los tebeos y por un público que hará colas kilométricas en los cines para disfrutar de su visionado. Da igual cuántas veces lo haya visto antes, lo importante es repetir la experiencia. Los más críticos con esta deriva, en cambio, seguiremos esperando que un nuevo Nolan, Donner o Burton se atreva a dar un golpe sobre la mesa y recupere, en todo su esplendor, la magia que puede brindar esta desgastadísima y trillada temática.

STAR WARS: LOS ÚLTIMOS JEDI

Posted in Críticas (Estrenos) with tags , , , , , , , , , , , , , , , on diciembre 14, 2017 by Gonzalo Contreras

EL (ANSIADO) DESPERTAR DE LA FUERZA

Éxito incuestionable en las navidades de 2015, endiosada desde meses antes del estreno por la legión de fervientes admiradores de los mandamientos Jedi, la ansiadamente esperada El despertar de la fuerza, séptimo capítulo de la mítica saga de Star Wars iniciada por George Lucas en 1977, supuso, no obstante, una notable decepción para la mayoría de unos espectadores que no vieron cumplidas las intenciones, artísticas y visuales, de tan titánica propuesta. Como no podía ser de otra manera, era una película trufada de efectos especiales, de escenas de acción perfectamente endosadas, de imágenes envolventes que nos remitían descaradamente a nuestra niñez. Su artífice J.J. Abrams, equivocadamente designado como heredero de Spielberg (intenciones le sobran, pero falla en emular el talento del director de E.T), jugaba en terreno seguro, calcando el esquema del buque insignia de la serie (La guerra de las galaxias) e incentivando los elementos más melancólicos con el fin de ametrallar el corazón de los espectadores. Eso sí, olvidando un elemento importante por el camino: la esencia de la trilogía inicial.

Al invento, tan ampuloso como estratégico, se le veían demasiado las cuerdas que lo sostenían. Abrams había creado un espectáculo atrayente pero plagado de sinsabores: rezumaba más publicidad que talento, más fuegos artificiales que inventiva, más reiteración que profundidad. Sin embargo, detrás de su maniobra comercial y su limitado empaque, propio de los actuales reboots y reservado finalmente a los incondicionales, se percibían, en la lejanía, elementos de interés a desarrollar en próximas entregas, vertientes aún inexploradas mucho más jugosas y excitantes que la resurrección del espíritu nostálgico del que hacía gala la función.

En una jugada muy inteligente por parte de su director Rian Johnson, STAR WARS: LOS ÚLTIMOS JEDI aparca la irritante y persistente evocación del anterior episodio en favor de la originalidad y la abertura de nuevos horizontes, ampliando con ello la riqueza del universo galáctico y ofreciendo una profundidad mayor en el tratamiento de los personajes más carismáticos. Dicho de otro modo: ofrece lo que muchos buscábamos en cada rincón de El despertar de la fuerza y no fuimos capaces de encontrar: diversión, aventura, emoción y sorpresas. Muchas sorpresas. No se trata de reescribir la historia, sino de desarrollar los conceptos clave de la misma. En sus salidas de tono, propias de los desvaríos cómicos de Lucas, en el contraste de sus momentos más infantiloides con otros teñidos de oscuridad y en la explotación desvergonzada de la malograda Carrie Fisher y de un inmenso Mark Hammill (brillante como espejo reflectante de su antiguo maestro Obi Wan Kenobi) pervive, por momentos, la verdadera mitología del modelo original.

Dejando claro la existencia de imperfecciones en un guion demasiado condescendiente, su absurda reivindicación de un ecologismo de ocasión y subtramas innecesarias que ya torpedeaban el desarrollo del film de Abrams (todo lo que concierne al personaje interpretado por John Boyega), esta nueva epopeya brilla en su renovación de los estandartes clásicos de la saga, alcanzando su cenit en un fin de fiesta atronador y en una arriesgadísima secuencia de cierre, síntesis de la pasión generada por este universo, que hará las delicias tanto del seguidor más acérrimo como de aquellos que, en los tiempos de la segunda trilogía de Lucas, abandonaron cualquier esperanza de reencontrarse con la magia visceral de antaño.

LA GUERRA DEL PLANETA DE LOS SIMIOS

Posted in Críticas (Estrenos) with tags , , , , , , , , , on julio 9, 2017 by Gonzalo Contreras

LA JOYA DE LA CORONA

A día de hoy todo son elogios y aplausos pero pocos, muy pocos, se atrevieron a visualizar el merecidísimo éxito, crítico y comercial, de la nueva trilogía simiesca iniciada por el director Rupert Wyatt a comienzos de esta década. Y más teniendo en cuanto el germen de la misma, la intocable cinta protagonizada por el siempre excelente Charlton Heston, brillante utopía fabricada como producto de Serie B, llevada a los altares gracias a la artesanía del infravalorado Franklin J. Schaffner y poseedora de uno de los finales más sorprendentes, reveladores y, al paso que vamos, proféticos de la historia del cine. El origen del planeta de los simios, primera parte de este renacimiento, supuso un auténtico hallazgo en la ciencia-ficción previa a las sendas marcadas por las posteriores Gravity e Interstellar. Era fresca, osada y, además, perturbadora en sus conclusiones morales. Su secuela dio un paso más allá. Considerada acertadamente El imperio contraataca del universo primate, El amanecer del planeta de los simios constató la fuerza de la propuesta, ofreciéndonos una espléndida simbiosis entre los paradigmas tradicionales del género y el espectáculo más frenético y abrumador.

Quedaba por ver si el vértice triangular de la colección, LA GUERRA DEL PLANETA DE LOS SIMIOS, cumplía con las expectativas generadas por la destreza formal de sus hermanas mayores. Y la respuesta es un rotundo sí. Más intimista de lo que su épico título podría hacer presagiar, la nueva epopeya de Matt Reeves lleva al paroxismo, con una aplastante brillantez, la resurrección del clasicismo de la anterior entrega, ofreciéndonos una gozosa sucesión de referencias cinéfilas y literarias que van desde el western crepuscular (con ecos, agárrense, del clímax nevado y de soledad que respiraba el Jeremiah Johnson de Sidney Pollack) pasando por el Sturges más inspirado (con la sombra de su “gran evasión” como núcleo expositivo) y, de forma más explícita, el mismísimo Corazón de las tinieblas de J. Conrad, apostando por una denuncia de los totalitarismos que ya quisieran muchas producciones bélicas.

De una perfección narrativa difícil de encontrar en este tipo de producciones, visible principalmente en un último tramo de claras connotaciones bíblicas, y con un Andy Serkis absolutamente arrebatador, La guerra del planeta de los simios no solo es una cautivadora película de aventuras (y, con diferencia, la mejor pieza del puzzle); también, una obra que transgrede (en el buen sentido) los límites de la propia temática, arriesgadísima en su planteamiento, capaz de renovar los arquetipos y estandartes fijos y acartonados del concepto de blockbuster. 

STAR WARS VII, EL DESPERTAR DE LA FUERZA

Posted in Críticas (Estrenos) with tags , , , , , , , , , , , , , , , , , , , on diciembre 17, 2015 by Gonzalo Contreras

AFILIANDO A LAS NUEVAS GENERACIONES

Star Wars

Es el fenómeno del momento, y promete serlo hasta que la última piedra angular de la trilogía, proyectada para 2019, cierre el nuevo círculo galáctico. La taquilla virtual lleva temblando desde hace varios meses, dándonos pistas del boom que está por venir; las colas en los cines se extenderán a lo largo y ancho de varias manzanas; muchos repetirán la experiencia, no siendo extraño que ese segundo visionado se repita en el mismo día… y en sesión continua. El mito de STAR WARS se extiende más allá de los dominios de George Lucas, siendo J.J. Abrams, bautizado como el heredero infalible de Steven Spielberg, el encargado de hacer brillar de nuevo la franquicia ante el júbilo desatado del gran público. Razones no faltan: con EL DESPERTAR DE LA FUERZA no sólo pretende dar continuidad a la saga cinematográfica por excelencia (al menos, a nivel comercial) sino recuperar los personajes originales que hicieron huella en los espectadores allá por finales de los setenta. O lo que es lo mismo, trasladar al siglo XXI la magia visceral de la pieza original de Lucas. El reto, desde luego, es excitante, aunque también aventurado.

Star Wars 2Una vez vista la que promete ser la película más taquillera de la Historia del Cine, a tenor de las cifras provisionales, se puede afirmar que los fans pueden dormir tranquilos. Abrams ha dejado aparcadas las complicaciones: juega en terreno seguro, siempre a la búsqueda de la melancolía más agresiva y del respeto más escrupuloso, mayor del que mostró Lucas en su trilogía posterior. Su film está pensado milimétricamente para satisfacer, de forma unánime, a los seguidores más entusiastas. Quizá, demasiado.

 

MÁS ESTRATEGIA QUE CORAZÓN

Apuntada a la moda de los cada vez más cansinos reboots, es decir, tomar como referencia el argumento y forma del original otorgándole un tentador acabado para las nuevas generaciones, la nueva entrega de la saga es como un enorme teatro de marionetas al que, lamentablemente, se le ven demasiado las cuerdas que lo sostienen. Sé que he visto una película loable, sé que Abrams ha hecho un buen trabajo, pero también percibo que hay más estrategia que corazón. Quiero contagiarme de la emoción, de la esencia que tanto invoca, pero sólo el entretenimiento hace acto de presencia en un espectáculo visualmente impecable pero nada innovador, de empaste blando y familiar (sí, se nota la mano de la actual productora, la en ocasiones inefable Disney)  y al que no le vendría nada mal empaparse del resplandor del Lado Oscuro.

Pero bueno, vayamos directamente al grano: ¿es mejor que la trilogía inicial? Ni por asomo, y quien diga lo contrario, en mi opinión, se está dejando llevar por la emoción del momento; ¿es superior a los capítulos iniciales? Mejor que La amenaza fantasma y El ataque de los clones, pero lejos de La venganza de los Sith, al menos de su última y fascinante hora; ¿gustará a los incondicionales? Por supuesto, la evocación es su punto fuerte. Eso sí, como le ha ocurrido a un servidor, puede que hasta el más fiel devoto se percate de que, desgraciadamente, en esta nueva epopeya hay mucha más nostalgia que historia.

EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS

Posted in Críticas (Estrenos) with tags , , , , , , , , on julio 16, 2014 by Gonzalo Contreras

EL REY DE LOS MONOS

planeta
El inicio de la nueva precuela del clásico protagonizado por Charlton Heston es, de por sí, toda una declaración de intenciones: tras un prólogo explicativo sobre cómo el virus ha hecho estragos a nivel global, los ojos de César, el simio protagonista de la primera parte, dominan el fotograma. En una “mecánica” abertura de plano, van apareciendo sus inmóviles compañeros a la espera, parece, de una orden que les lleve a atacar. Y aunque en cuestión de pocos minutos comprenderemos que se trata de una caza grupal, servirá para apreciar la coordinación, astucia y compenetración presentada hacia sus presas. Ahora, ciervos del bosque; posteriormente, ya se imaginarán…

planeta 4Matt Reeves, director de la divertida Monstruoso y del infravalorado remake americano de Déjame entrar, asume la precuela original como una antesala científica de su obra, mucho más entregada a la acción y al espíritu frenético del blockbuster, haciendo hincapié en el cuerpo a cuerpo de los hombres frente a su creación (al mando de un fantástico y extrañamente conmovedor Andy Serkis) bajo el marco de una estructura profundamente clásica, dándose cita argumentos universales como la sed de poder, la venganza y la traición (no es casual el nombre de nuestro protagonista) e incluyendo una genial mirada simiesca a los regímenes totalitarios.

Y entremedias, escenas de una planificación asombrosa. Desde un primer tramo sobresaliente y “casi” mudo, al estilo de La guerre du feu de Annaud, pasando por un palpitante y atronador final, con grandes momentos como la entrada triunfal de los simios a bordo del acorazado, la película muestra un aplastante sentido del espectáculo trascendiendo (como ya ocurriera con la primera parte) su condición de secuela, haciendo las delicias tanto de los más fieles seguidores de la saga como de las nuevas incorporaciones. Una auténtica monada, vaya.