Archivo de Daniel Kaluuya

BLACK PANTHER

Posted in Críticas (Estrenos) with tags , , , , , , , , , , , , , on febrero 14, 2018 by Gonzalo Contreras

POCAS NOVEDADES EN EL HORIZONTE

Algún día, espero, entenderemos qué está ocurriendo con la cantidad avasalladora de producciones de superhéroes, la mayoría expuestas bajo la etiqueta de la todopoderosa Marvel, que, ausentes de un contenido mayor que el de entretener a las masas (lo cual no deja de ser una cualidad más que loable), están obteniendo unas opiniones abrumadoramente positivas entre la crítica especializada de todo el planeta. Película que surge, película que se convierte, automáticamente, en la mejor entrega de la franquicia. Métanse en las webs que reúnen pequeñas reseñas de los críticos estadounidenses más respetados; deléitense con sus puntuaciones máximas, acompañada casi siempre de unos adjetivos pletóricos en su condescendencia.

No soy experto en cómics. Ignoro, salvo en casos puntuales (el Batman de Bob Kane, sin ir mas lejos), el nivel de fidelidad que las adaptaciones presentan en relación al material de origen, ni tampoco comulgo, pues, con la nostalgia desprendida por unas viñetas que (no me cabe duda) han alegrado la infancia y existencia de infinidad de personas. Pero sí sé valorar cuándo un blockbuster de estas condiciones está facturado desde el corazón y el espectáculo más sincero y audaz. Mi veredicto se basa, por tanto, en aspectos puramente cinematográficos, que para eso estamos en el campo del séptimo arte. Y en ese sentido, BLACK PANTHER, el último exponente de estas propuestas regadas por la abundancia de piropos y alabanzas, no sólo está lejos de la supremacía que muchos aseguran, sino que se queda a medias en muchos y determinantes aspectos.

Empecemos por los aciertos, que los tiene: por primera vez en mucho tiempo, una película de superhéroes se atreve a romper con la estructura clásica latente en la última hornada del género, presentando un relato de base sólida (atención a las referencias evidentes a El rey león) carente del dudoso humor, aniñado y casi siempre indigesto, que caracteriza a la compañía y ofreciendo una desbordante imaginería visual, rica en detalles y colorido, en la construcción de los parajes que componen la región en la que transcurre la aventura (preciosos los planos oníricos con la aurora boreal de fondo y la majestuosidad de sus panorámicas). Y eso, ya de por sí, supone un pequeño soplo de aire fresco. Por contra, adolece estrepitosamente de algunos de los problemas de fábrica habituales en esta saga (una duración desorbitada, insólita teniendo en cuenta la escasa extensión de su argumento) y de nuevos frentes abiertos pulidos con desigual fortuna, principalmente su pretenciosidad a la hora de extrapolar los conflictos étnicos y raciales a nuestra actualidad política (sí, en este caso, la crítica al gobierno estadounidense se torna tosca y trivial) y la falta de carisma del protagonista principal, un endeble e insulso Chadwick Boseman, ensombrecido por un villano mejor construido que de costumbre y por unas heroicas amazonas, estas sí, protagonistas absolutas de la función y muy bien interpretadas por una bravísima Danai Gurira (sin duda, lo mejor del film), Lupita Nyong’ o y la recuperada Angela Bassett.

Con semejante disparidad, resulta difícil aceptar la grandiosidad de un largometraje vitoreado, incluso antes del estreno, por la legión de entusiastas afines a los tebeos y por un público que hará colas kilométricas en los cines para disfrutar de su visionado. Da igual cuántas veces lo haya visto antes, lo importante es repetir la experiencia. Los más críticos con esta deriva, en cambio, seguiremos esperando que un nuevo Nolan, Donner o Burton se atreva a dar un golpe sobre la mesa y recupere, en todo su esplendor, la magia que puede brindar esta desgastadísima y trillada temática.

DÉJAME SALIR (Get Out)

Posted in Críticas (Estrenos) with tags , , , , , , , , , on May 17, 2017 by Gonzalo Contreras

ADIVINA QUIÉN VIENE ESTE FIN DE SEMANA

Pocos autores literarios han captado, con tanta maestría, la maldad y el doble rasero del ser humano como el norteamericano Ira Levin. Sus ambientes idílicos descritos, rebosantes de flores en agua, vecinos edulcorados y barrios color pastel, eran, en realidad, la tapadera perfecta en la que se ocultaban auténticos monstruos de fachada cándida e inteligencia diabólica. Visionario y crítico con los nuevos estilos de vida burgueses, ofrecía un tipo de suspense, adecuado en la cotidianidad, tremendamente innovador en la América de finales de los sesenta, corrompiendo (para disgusto de los sectores más retrógrados) el reverenciado sueño americano e instaurando, de rebote y por medio de Roman Polanski (suya es la novela que daría germen a la obra magna del director, La semilla del diablo), los cauces que empezaban a descubrirse en la cinematografía de terror de la época.

Variante de uno de sus libros más representativos, The Stepford wives, la sugerente DÉJAME SALIR se deja empapar, en sus mejores momentos, de la esencia paranoica y de apariencias visualizada por el genial escritor, jugando sus bazas en dos temáticas muy concretas: el horror y la comedia. En una de ellas obtiene resultados óptimos; en la otra, bastante discutibles.

Como relato de género, la película, reverso tenebroso de Adivina quien viene esta noche, la magistral obra que protagonizaran unos otoñales Spencer Tracy y Katherine Hepburn (y cuyas intenciones eran, divertidamente, opuestas a las aquí narradas), destaca por la ejecución de las escenas de tensión, en verdad brillantes, y su capacidad de crear desasosiego haciendo uso de los mínimos elementos. Es inquietante, angustiosa y realmente perversa si se lo propone, detalles que se agudizan gracias a la lúcida descripción que realiza de la sociedad norteamericana post-Obama y su hipocresía en cuestiones de índole racial (sin duda, lo mejor del film). En cambio, cuando juega en el terreno de la sátira y olvida (intencionadamente o no) los patrones marcados por autores como Levin, la firmeza de la propuesta desaparece en favor una comicidad incompatible con los escalofríos dibujados hasta entonces. Un humor estereotipado, en ocasiones zafio, propio de la black comedy estadounidense. Lo que para muchos será el contrapunto ideal para una historia que, ya en su clímax final, se torna delirante y exagerada (su otro talón de Aquiles), para otros, entre los que se encuentra el que esto suscribe, se convierte en un lastre que impide al largometraje apuntar hacía cotas más elevadas. Y, desde luego, revolucionarias.

SICARIO

Posted in Críticas (Estrenos) with tags , , , , , , , , , on noviembre 13, 2015 by Gonzalo Contreras

EN TIERRA DE LOBOS

SICARIO 2

Bienvenidos al Olimpo del narcotráfico, también conocido con el nombre de Ciudad Juárez. Una ciudad que te recibe con cuerpos mutilados colgados en plena vía y con carteles superpuestos de jóvenes desaparecidas decorando cada una de sus manzanas. Las armas, la corrupción y los asesinatos indiscriminados forman parte del día a día de los habitantes. De hecho, están tan acostumbrados al olor de la metralla que parecen no amedrentarse. Sólo los enormes letreros situados en las colinas limítrofes, con mensajes en los que se exalta la Verdad que reside en el libro sagrado, parecen advertir al mundo del infierno que domina estos poblados. Un grito de auxilio en tierra de nadie.

DSicario 3enis Villeneuve se adentra en el corazón de las tinieblas haciendo gala del inmenso talento que le precede. SICARIO trasmite credibilidad, miedo, escalofrío. Percibes que todo lo que narra es una realidad latente, a la orden del día, y que esa complicidad entre los capos de la droga y los protectores de la Ley no es una licencia imaginada por el director. Y cuanto más sugiere, mayor es el nivel de desasosiego. Y de fascinación.

Los que seguimos su trayectoria de cerca conocemos de sobra sus armas cinematográficas: una atmósfera inquietante, unos actores en estado de gracia (Blunt, Del Toro y Brolin con sus chanclas desgastadas están sensacionales), unas imágenes que formulan más preguntas que respuestas y un clímax final que va in crescendo hasta el aplauso más sonoro. Aquí, el director lo ha vuelto a conseguir. Como en Incendies, como en Enemy, como en Prisioneros. Su fama de reluciente promesa pertenece ya al pasado.