Archivo de Jon Bernthal

BABY DRIVER

Posted in Críticas (Estrenos) with tags , , , , , , , , , , on julio 4, 2017 by Gonzalo Contreras

DRIVE PARA ADOLESCENTES

No nos engañemos: BABY DRIVER, la nueva película del realizador Edgar Wright, tiene, a priori, todos los ingredientes para triunfar en las taquillas de medio mundo: un relato de ladrones planteado bajo los cánones de la vieja escuela, sazonado con llamativos éxitos musicales y algún que otro golpe de violencia (reflejo de muchos de los aspavientos de Tarantino) y capitaneado por el típico engreído de aspecto gélido e indomable pero de corazón humilde. Si a esto le añadimos la siempre solvente dirección del cineasta y un nostálgico envoltorio retro (incluyendo en el paquete la indispensable love story a quemarropa) es más que probable que la crítica especializada se rinda ante un trabajo de irreprochable factura técnica, hábil en su ejecución plástica, que sabe acomodarse con astucia en la línea límite de la comercialidad y la autoría. Sin embargo, también juega en un terreno demasiado seguro y libre de riesgos, tanto que su prometedor inicio, oda a la insolencia propia de la revolución emprendida por Steve McQueen en los irreverentes años setenta, no acaba de explotar por el uso indebido de los clichés más relamidos del subgénero.

El largometraje basa su fortaleza en un frenético montaje donde música e imagen se mezclan como compañeros inseparables de viaje. Todas, absolutamente todas las secuencias están remarcadas por las electrizantes sinfonías de su banda sonora. Y, aquí, servidor reconoce acabar saturado ante el desfile redundante, ensordecedor y peligrosamente pretencioso de la propuesta. La música devora el film, la sombra del videoclip entra en escena y, para colmo, el convencionalismo termina dominando la función. Wright se queda estancado en parajes ya explorados y en la falta de definición de la mayor parte de sus personajes (un desubicadísimo y estereotipado Kevin Spacey, por ejemplo), perdiendo gran parte de la frescura y del estilo canalla de sus mejores trabajos, llámense Zombies Party o Arma fatal.

Adornada con un fin de fiesta tan excesivo como desquiciado (nuevamente, los tics más habituales del director de Malditos bastardos quedan expuestos en pantalla), Baby Driver se podría definir como un Drive facturado para adolescentes, mucho más light de lo que su imagen gamberra quiere presentar y repleta de malabarismos audiovisuales innegablemente efectivos, pero sin el verdadero toque de su, casi siempre, genial director.

 

 

SICARIO

Posted in Críticas (Estrenos) with tags , , , , , , , , , on noviembre 13, 2015 by Gonzalo Contreras

EN TIERRA DE LOBOS

SICARIO 2

Bienvenidos al Olimpo del narcotráfico, también conocido con el nombre de Ciudad Juárez. Una ciudad que te recibe con cuerpos mutilados colgados en plena vía y con carteles superpuestos de jóvenes desaparecidas decorando cada una de sus manzanas. Las armas, la corrupción y los asesinatos indiscriminados forman parte del día a día de los habitantes. De hecho, están tan acostumbrados al olor de la metralla que parecen no amedrentarse. Sólo los enormes letreros situados en las colinas limítrofes, con mensajes en los que se exalta la Verdad que reside en el libro sagrado, parecen advertir al mundo del infierno que domina estos poblados. Un grito de auxilio en tierra de nadie.

DSicario 3enis Villeneuve se adentra en el corazón de las tinieblas haciendo gala del inmenso talento que le precede. SICARIO trasmite credibilidad, miedo, escalofrío. Percibes que todo lo que narra es una realidad latente, a la orden del día, y que esa complicidad entre los capos de la droga y los protectores de la Ley no es una licencia imaginada por el director. Y cuanto más sugiere, mayor es el nivel de desasosiego. Y de fascinación.

Los que seguimos su trayectoria de cerca conocemos de sobra sus armas cinematográficas: una atmósfera inquietante, unos actores en estado de gracia (Blunt, Del Toro y Brolin con sus chanclas desgastadas están sensacionales), unas imágenes que formulan más preguntas que respuestas y un clímax final que va in crescendo hasta el aplauso más sonoro. Aquí, el director lo ha vuelto a conseguir. Como en Incendies, como en Enemy, como en Prisioneros. Su fama de reluciente promesa pertenece ya al pasado.

YO, ÉL Y RAQUEL

Posted in Críticas (Estrenos) with tags , , , , , , , , , on octubre 5, 2015 by Gonzalo Contreras

RECUERDOS DE LA CHICA MORIBUNDA

Yo, él y Raquel.

En contra de lo que pueda parecer, YO, ÉL Y RAQUEL (variopinta traducción del original “I, Earl and the dying girl”) no es, ni mucho menos, el enésimo dramón romántico con cáncer como telón de fondo presentado para que adolescentes de medio mundo derramen sus lágrimas menos sinceras. Sí, de acuerdo que en esta propuesta del director Alfonso Gómez-Rejón la enfermedad también juega un papel importante y, muy posiblemente, el espectador finalice la proyección entre clamorosos y vergonzantes sollozos. Pero de verdad, créanme, las diferencias entre aquellas y esta producción son aplastantes. La noche y el día, dicho de otro modo.

¿Yo, él y Raquel.Qué hace tan especial este relato sobre la relación entre un joven de encantadora arrogancia, cuya fachada sólo pretende ocultar un sinfín de inseguridades, y una jovencilla dulce e ingenua con pronóstico demoledor? Al igual que ocurría, a menor escala, con la más que notable Bajo la misma estrella, con la que comparte fondo y (algunas) formas, un guión a prueba de bombas. Desde sus primeros minutos, con la divertidísima descripción de los pasillos de instituto como naciones independientes hasta un final de atronadora belleza, de los más emotivos vistos en el cine reciente, todo resulta brillante en una obra nacida de la inteligencia y el buen gusto.

Pero no sólo se conforma con ser una maravillosa historia sobre la amistad; también, un inesperado, desenfadado y finalmente precioso homenaje al séptimo arte, a las películas que marcaron la adolescencia y a la importancia de convertirnos en los verdaderos protagonistas de nuestra vida, o de la de aquellos a los que amamos. Yo, él y Raquel llega sin hacer ruido, probablemente pasará desapercibida en cartelera y no será hasta dentro de unos años cuando el público reconozca, de forma unánime, la grandísima película que es. Háganse un favor y no esperen tanto tiempo.