Archivo de Matt Damon

THOR: RAGNAROK

Posted in Críticas (Estrenos) with tags , , , , , , , , , , , , on octubre 26, 2017 by Gonzalo Contreras

NUEVO ENVOLTORIO PARA LA HISTORIA DE SIEMPRE

Del cine de superhéroes hemos hablado y discutido largo y tendido en la última década. En esta página, en foros de toda índole posible o con los amigos tomando unas cervezas, divididos, como si fueran las dos Españas, entre los defensores de la sombría DC Comics y los de la colorista Marvel Studios. El entusiasmo de los fans más acérrimos, vengan del bando que vengan, contrasta con la sensación de que todo el optimismo que acompaña a cada nuevo proyecto, precedido de unas desorbitadas críticas favorables al otro lado del charco, pocas veces adquiere resultados visibles en el producto final. De hecho, ha llegado un momento que para saborear las (supuestamente) brillantes cualidades de estas películas, todas pertenecientes a un mismo universo iniciado, en este caso, con la primera parte de la muy correcta Los vengadores, es indispensable hacer un cursillo intensivo para entender cada chiste, cada frase evocadora de un film anterior, cada escena aderezada con toneladas de emotividad por su relación directa con otra secuencia mítica de la saga. O lo que es lo mismo, rever con lupa la colección de cintas desde sus orígenes, incluyendo los despropósitos que, en más de una ocasión, nos ofrece esta temática indudablemente desgastada por obra y gracia de la industria hollywoodiense (y de las legiones que hacen cola en los cines).

THOR: RAGNAROK, tercera parte de uno de los mayores traspiés engendrados por la compañía, ofrece lo de siempre en este tipo de espectáculos: fuegos artificiales por doquier, escenas interminables de peleas entre héroes y villanos, torsos musculados, féminas guerreras y destellos fosforescentes marca de la casa. Eso sí, con dos alicientes ausentes en las anteriores entregas, los cuales la convierten, al instante, en la mejor aventura de la (flojísima) trilogía del dios nórdico: por un lado, la resurrección del espíritu camp, cutre y desfasado que pusiera de moda la envejecidísima (desde el momento de su estreno) Flash Gordon, la Barbarella de los años ochenta, potenciada por un brillante juego audiovisual en el que se entremezclan colores psicodélicos con una electrizante banda sonora con acordes de la actual y exitosa Wonder Woman; por otro, la participación de los siempre espléndidos Jeff Goldblum y Cate (todoterreno) Blanchett, diabólicamente traviesos en sus roles de pérfidos antagonistas.

No obstante, y como viene siendo habitual, detrás de su rollo discotequero, de sus imponentes efectos visuales y su vena canalla, heredera de la muy superior Guardianes de la galaxia, poco más puede aportar un largometraje condicionado, hasta extremos preocupantes, por el esquema básico agenciado por la factoría marvelita (conflicto estelar a modo de presentación – aparición del villano – caída en desgracia del héroe – resurgimiento y batalla final entre el bien y mal) y por el archiconocido dulzor que impregna sus propuestas, capaz de teñir cualquier tragedia, cualquier catástrofe apocalíptica, de un insufrible color rosa. Tan liviana y amena como intrascendente, Thor: Ragnarok no deja de ser la constatación de que, por mucho que la gallina de los huevos de oro siga dando sus frutos monetarios, es necesario una reinvención (o un descanso hibernal, que tampoco estaría de más) de los estandartes y estereotipos que definen a este género. Y de forma urgente.

THE MARTIAN (Marte)

Posted in Críticas (Estrenos) with tags , , , , , , , , , , , , , on octubre 12, 2015 by Gonzalo Contreras

MARK, EL EXTRATERRESTRE

THE MARTIAN

Son muchas, muchísimas, las personas que daban por perdido a Ridley Scott. Desde Gladiator y Black Hawk derribado, el cineasta no había conseguido, ni por asomo, ejecutar un producto cinematográfico acorde con la calidad de sus obras de antaño, ni cuando trataba de entregarse al espectáculo puramente visual (véase Robin Hood) ni muchos menos cuando su lado más intelectual invadía la pantalla (El Consejero, sin ir más lejos).

No deja dethe martian 3 ser curioso que el realizador de las imprescindibles Alien y Blade Runner recupere el pulso con un largometraje que escapa de la característica que unía a todas y cada de sus propuestas más recientes: un alarmante exceso de pretensión. THE MARTIAN, su última, entretenidísima y excitante aventura, hace de la evasión sus mayor virtud. ¡Y qué virtud, señores!

Más próxima al humanismo que encerraba la extraordinaria Gravity que a los desvaríos pseudofilosóficos impuestos en Insterstellar, Scott se siente como pez en el agua en un género que domina como pocos realizadores. Es tal el nivel de comodidad que no duda en sacar su lado más descarado y transgresor, potenciando la épica de esta divertidísima historia de supervivencia marciana, una especie de Robinson Crusoe meets Angus MacGyver, a golpe de éxitos pop de los años setenta. Sí, como lo oyen. ¿Acaso nunca se han preguntado como suena Waterloo o Hot Stuff (Full Monty) en mitad de las dunas de Marte? Gracias al DJ Matt Damon, en su mejor papel hasta la fecha, tendrán la oportunidad de descubrirlo.

Lejos de caer en el ridículo, The martian se alza como la mejor película del director en lustros, convirtiéndose en todo un estallido de energía, positivismo y buen rollo. Y también, en la respuesta que demandábamos en nuestras oraciones: Ridley, por suerte, vive. Y habita en el planeta rojo.

INTERSTELLAR

Posted in Críticas (Estrenos) with tags , , , , , , , , , , on noviembre 7, 2014 by Gonzalo Contreras

HASTA EL INFINITO Y MÁS ALLÁ

interstellar

En los próximos días, no lo duden, oirán maravillas de la cinta que nos ocupa. De hecho, más de uno se aventurará a afirmar que es la cinta más satisfactoria de Christopher Nolan, una especie de punto y aparte en la Ciencia Ficción más kubrickiana, revolucionaria e intelectual. Otros, imagino que muchos menos, nos sorprenderemos ante unas críticas tremendamente desmedidas para una película, si bien absorbente a nivel visual, lastrada por unas intenciones fallidamente plasmadas por el director de la exitosa trilogía de Batman.

interstellar 2Las expectativas eran muy altas. De ahí, la tremenda decepción de la, para mí, gran propuesta de este año. Por ser Nolan, por su elenco y por pertenecer a un género tan querido e infravalorado como es la Ciencia-Ficción. El cineasta ahonda como nunca en sus obsesiones más pseudofilosóficas y matemáticas engendrando su cinta más personal pero también más desigual e inestable. En la teoría, las intenciones son muy atractivas, principalmente en la emotiva relación paternofilial centro de esta fantasía espacial. Incluso, imprime su sello de calidad en algunos momentos satisfactorios, sobre todo cuando el explorador que reside en el director, el deseoso de descubrir nuevos mundos, sale a flote. Empero, fracasa por la ambición desmedida y casi diría que egocéntrica del propio Nolan, en ocasiones irritante, y por su ridícula pretenciosidad, tomándose unas licencias que dudo que en otro realizador hubiesen sido aceptadas, hasta el punto molesto de sacar de la manga supuestas teorías cuánticas cada vez que el argumento flojea o busca el nirvana fílmico. Tristemente, ni fascina ni perdura, resultando larga en relación al argumento base y carente de imágenes que se queden plasmadas en la retina.

Nolan ha jugado más que nunca a ser Dios. Su curriculum y prestigio, posiblemente, le darán cierta potestad para ello, y sin duda serán muchos los que sigan sus pasos alabando cada uno de sus logros, algunos incuestionables. Pero tras ese halo místico y abrumador a uno le queda la sensación de haber visto, más que la obra de un Elegido, y sin que sirva de precedente, el discurso de un falso profeta.